Granada es, sin lugar a dudas, una tierra llena de encantos y rincones de incalculable belleza como es el caso del barrio que ahora nos ocupa: el Sacromonte. Esta es una de las zonas del afamado Albaicín y más concretamente se sitúa frente a la mítica Alhambra, lo que hace que sea un enclave que no hay que dejar de visitar si se está en Granada.
Pintoresca y singular es esta barriada y lo es, entre otras cosas, porque cuenta con unas viviendas muy peculiares: las cuevas. En el siglo XVI parece ser que, con motivo de la expulsión de musulmanes y judías de sus hogares, está el origen de estas singulares casas pues en ellas encontraron refugio los citados.
Por eso, pasear por el Sacromonte supone admirar in situ estas viviendas, algunas de ellas visitables turísticamente hablando, que le han otorgado al lugar un paisaje desde luego muy pintoresco.
No obstante, tampoco hay que olvidar el hacer una parada en su afamada Abadía que fue construida en el siglo XVII en el lugar donde se encontraron los vestigios de los que se supone fueron los primeros cristianos que están considerados discípulos del Apóstol Santiago.
A estos dos conjuntos históricos y artísticos habría que añadir además otros importantes monumentos que se pueden encontrar a lo largo de toda la Carrera del Darro. Nos estamos refiriendo a la Casa Árabe de Zafra, la Iglesia de Santa Ana y San Gil, el Convento de Santa Catalina o la Casa del Castril, del siglo XVI.
